Mercedes GLE.

Fórmula 1, Hamilton y Mercedes: monotonía y aburrimiento

Quizás sea un poco injusta la forma en que va titulado este artículo, sobre todo por el esfuerzo que ha supuesto organizar un mundial de F1 en una situación tan excepcional y delicada como la crisis sanitaria mundial que se vive actualmente, pero lo cierto es que el Campeonato 2020 de F1 se torna cada vez más aburrido conforme pasan las carreras. Un GP de Bélgica en un circuito tan bonito y que tan emocionantes carreras ha dado como Spa resultó perfecto para echarse una plácida siesta dominguera.

Si cada vez suenan más voces que claman contra el aplastante dominio de Mercedes en la presenta era híbrida, Spa fue la gota que colmó el vaso. La F1 necesita urgentemente que alguien plante cara a Hamilton, si no, se antoja complicado pensar que aún quedan 10 carreras con el mismo panorama, dan ganas de dar de baja el Movistar F1 incluso.

Y es que el de Stevenage, por mucho que diga, se pasea con una tranquilidad total de saber que nadie puede plantarle cara. Ni siquiera su compañero Valteri Bottas, que tiene el mismo coche imbatible pero que desde que se anunció su renovación se ha relajado y no hace ni por adelantarle en la salida. Max Verstappen se suponía la gran alternativa, pero ni siquiera un piloto tan luchador y agresivo puede hacer nada cuando en su equipo parece que han asumido la superioridad de Mercedes y se conforman con la medalla de plata.

A todo ello se suma la sangrante crisis de Ferrari, algo difícil de entender, sobre todo por esa tradición de oscurantismo y opacidad que siempre ha caracterizado a La Scuderia. No se sabe qué pasó con la FIA y el motor del año pasado, con exactitud, pero está visto que el SF1000 es uno de los peores monoplazas de la historia, no es bueno en ningún circuito y el otro día en Spa evidenció sus carencias especialmente, siendo ambos coches rojos superados por el Alfa Romeo de Raikkonen. Todo ello en un año que celebran sus 1.000 participaciones en la F1 y que Italia acogerá nada menos que tres GGPP en sus tres circuitos míticos. Qué ruina. Monza puede ser un espectáculo dantesco. Ferrari necesita dar ese necesario paso adelante para recuperar ese lustre que siempre le caracterizó. Su crisis dura ya demasiado. Deben reaccionar. El año que viene Carlos Sainz se une a su proyecto y ya se sabe cómo es el público español y los locutores que narran en TV las carreras, como esto siga así la ola ‘antiferrarista’ que se produjo en 2015 con la salida de Alonso puede quedarse en una broma. 

Y bueno, qué decir de Carlos Sainz. Temporada para olvidar. Lo menos se ha dejado 30 puntos entre todos los infortunios que le ha tocado padecer. 

La mejor noticia del GP de Bélgica fue la impresionante mejora de Renault. Fueron cuarto y quinto y parece que tienen margen de mejora. Alain Permane está convencido de que pueden ser terceros en el mundial, visto como Racing Point se desinfla a la hora de la verdad y que McLaren parece que no se lo toman en serio. Hay dinero y potencial. Y es el equipo al que Fernando Alonso llega el año que viene, y parece que esta vez no se ha equivocado al elegir.