Max Verstappen y Checo Pérez.

Terremoto en la F1

Por cuarta vez en su historia, Honda abandona la F1. Posiblemente una vez más lo haga por la puerta de atrás, pues no parece que los nipones junto a sus todavía socios de Red Bull estén en disposición de ganar el campeonato el año que viene. Esta situación ha ocasionado un terremoto en la categoría, que si bien, hace poco quedaba firmado el último pacto de concordia, parece que en esta especialidad los papeles no valen para mucho.

Los motivos esgrimidos por los de Sakura van en consonancia con el momento actual que vive la industria del automóvil. Y es que por muchas quejas que haya, la automoción afronta un momento especialmente delicado, cuya relevancia es sólo comparable a sus orígenes. A finales del siglo XIX, los primeros vehículos autopropulsados sustituyeron la tracción animal pese a sus detractores. 120 años después los automóviles afrontan el inicio del abandono de los combustibles fósiles hacia el modelo de la electrificación con la vista puesta en la preservación del medio ambiente y el fin de las emisiones de carbono. Y ese es el mensaje de Honda a la hora de justificar su salida de la F1, el cual contrasta con su compromiso con la Indy americana de implicarse aún más con el desarrollo de la nueva era de motores híbridos para esta categoría, ¿Indy sí pero F1 no? Sorprendente.

Honda ha participado en la F1 en cuatro periodos diferentes: el primero fue entre 1964 y 1968 como equipo de fábrica produciendo tanto motor como coche. Sólo obtuvieron dos victorias en aquel tiempo: México 1965 con Ritchie Ginther e Italia 1967 con el mítico John Surtees. El equipo se retiró a finales de 1968, después del disgusto que les supuso la muerte de su piloto Jo Bonnier.

Tres lustros después, en 1983, los japoneses deciden regresar a la categoría reina como proveedor de motores para el pequeño equipo Spirit en la nueva ‘Era Turbo’. La evolución fue positiva y su asociación con Williams les propició el título de constructores de 1986 y el de pilotos para Nelson Piquet en 1987. En 1988 se alían con McLaren, que contaba con los servicios de Prost y Senna, logrando ese año 15 triunfos de 16 carreras y el primer título de Senna. La asociación McLaren Honda propició tres títulos más, el de Prost en 1989 y dos para Senna en 1990 y 1991. En 1992 anuncian su segunda marcha, aunque en honor a la verdad, los motores Honda seguirían motorizando monoplazas bajo la denominación Mugen.

El tercer retorno de Honda a la F1 tiene lugar en el año 2000 sólo como proveedor de motor para el equipo BAR, con status oficial, y para Jordan ocasionalmente como cliente. Los buenos resultados del equipo BAR entre 2003 y 2005 hacen que Honda adquiera el equipo BAR y regrese como constructor, pero esta aventura se malcornó y terminó en 2008 con otra salida abrupta. Hay que decir que este movimiento ocasionó que un año después salieran de la F1 Toyota y BMW.

Por cuarta vez Honda decidió en 2015 dar una nueva oportunidad a la F1. Sería de manos del socio que más éxito le ha proporcionado, McLaren. El hecho de que el equipo de Woking perdiera su status de formación oficial de Mercedes a la de simple cliente, propició el movimiento de Ron Dennis para convencer a los de Sakura para volver, con el fichaje de un Fernando Alonso achicharrado por Ferrari como principal reclamo. La segunda aventura de McLaren-Honda será recordada como uno de los fracasos más grandes vistos en la F1. La relación se rompió en 2017 y Honda se asoció con Red Bull, primero en un año de transición con el equipo junior Toro Rosso y desde 2019 con la formación matriz, relación que a día de hoy sigue vigente y que finalizará al término del Mundial 2021. Tres victorias de Max Verstappen en 2019, una -por ahora- en 2020 y la de Pierre Gasly con Alpha Tauri en Monza 2020 es, por ahora, la cuenta de resultados de Honda en su último periplo en F1, siendo el segundo más exitoso de los cuatro, aunque lejos de los tiempos de McLaren con Prost y Senna.

La salida de Honda provocará, si no se remedia, que a partir de 2022 sólo haya tres proveedores de motor para los 10 equipos que componen actualmente la parrilla. Red Bull y su equipo asociado Alpha Tauri pierden a su motorista y deberán buscar alternativa. En un primer momento, quien se ha pronunciado públicamente es el director deportivo del equipo, Christian Horner, quien se ha limitado a decir que buscarán la solución que mejor les convenga. Tras esto ha habido muchas especulaciones, como que Red Bull quiere el motor Mercedes y para Alpha Tauri buscarán el de Renault. Pero han sido las declaraciones de Helmut Marko, asesor deportivo de la firma y responsable del programa de desarrollo de pilotos quien se ha pronunciado contundentemente al respecto, dejando sobre la mesa la posibilidad de que la superestructura Red Bull, con sus dos equipos, abandone la categoría reina.

Dejando de lado que Helmut Marko ha dejado a Christian Horner en una posición de total irrelevancia, sus palabras tienen mucho sentido. Red Bull es uno de los equipos ganadores y quieren seguir en la misma tónica. Con Honda y pese a unos resultados modestos, tenían un constructor de motores propio a su disposición. No será lo mismo tener que depender de uno de los tres motoristas del campeonato, Mercedes, Ferrari y Renault, para lograr resultados pese al nivel técnico del equipo austríaco, y para ello sólo falta recordar lo mal que terminaron con Renault, equipo con el que lograron sus cuatro mundiales. Está claro que si en Red Bull advierten que no van a contar con un motor “de primera” se pensarán muy mucho seguir en la F1. Y Mercedes, Ferrari y Renault también se plantearán si les conviene que un equipo con la capacidad de desarrollo de Red Bull les moje la oreja con sus motores.

Echando un vistazo a publicaciones de la prensa especializada europea, se ponen sobre la mesa diversos escenarios. Por un lado, se habla de la llegada del Grupo Volkswagen a la F1 bajo la promesa de comenzar a utilizar combustibles sintéticos menos contaminantes, bien bajo la marca Porsche u otra del consorcio alemán. Otra alternativa sería que Red Bull decidiera desarrollar su propio motor. Tienen capacidad económica y según varias fuentes, podrían hacerlo con la propia Honda como socio técnico. Desde nuestro punto de vista vemos estas dos alternativas demasiado inconsistentes y estimamos que Red Bull deberá agachar la cabeza y buscar un proveedor de motores que bien pudiera ser Renault que no tiene equipos cliente… si se quiere mantener en F1.

Y por último está Max Verstappen. Quiere ser campeón a toda costa. Cuando Max se queja, el equipo entero se estremece y lucha con sangre, sudor y lágrimas para ceder a sus peticiones. El holandés tiene en su contrato que si Honda abandona el equipo, él puede desvincularse, pero ¿y si es Red Bull quien también opta por la retirada? Podría producirse otro terremoto de gran escala en el seno de la F1, pues no hay equipo que no quisiese contar con Max, sin ir más lejos, Mercedes. Ya Red Bull tuvo que ceder a sus presiones y a las de su padre para subirlo al primer equipo y no perderle, pero si al final los energéticos se baten en retirada, Max encajaría muy bien en un equipo Mercedes con sitio libre para 2022 bien como compañero de Hamilton o bien si Lewis se retira, como primer espada. Lo dicho, la marcha de Honda ha sido un terremoto en toda regla, pero aún no hemos asistido a sus réplicas y estas pueden llegar en cualquier momento, desde mañana hasta dentro de un año.