Alonso.

Fernando Alonso, riesgo y valentía

El regreso de Fernando Alonso a la F1 es ante todo una magnífica noticia desde el punto de vista más objetivo posible. Ganan la propia F1 y la afición. Seguramente Movistar y otras plataformas que emiten por TV las carreras ganarán también suscripciones en España y en todo el mundo, pues Alonso es ya una leyenda viva del deporte, considerado uno de los grandes pese a sólo contar con dos mundiales mientras otros pilotos a los que la opinión pública considera peores tienen más entorchados en su haber. Hasta aquí todo bien, pero qué hay de lo deportivo, de los propios intereses de Alonso, de su gran objetivo que es lograr ese tercer mundial que ansía para poder estar a la par que su ídolo Senna, y que de nuevo la opinión pública sostiene que “en justicia”, debe de conseguirlo. ¿Tiene de verdad Alonso la opción de ser campeón en el actual equipo Renault?

Primero de todo, Alonso está en un envidiable estado de forma. Estos dos años en los que ha estado fuera de la F1 no se ha quedado parado. Ha corrido dos temporadas completas del WEC donde ha ganado dos veces las 24 Horas de Le Mans con Toyota, además de Sebring y Spa. También ganó las 24 Horas de Daytona con el equipo oficial Cadillac, participó en el Dakar igualmente con Toyota quedando bastante bien pese a ser su primera vez, e intentó correr por segunda vez la Indy 500, pero no pudo clasificarse para la prueba en gran medida por incompetencia de su equipo. A finales de julio cumplirá los 40 años.

Encontrará rivales muy duros: Lewis Hamilton, su enemigo íntimo y a día de hoy el mejor piloto que existe por palmarés; además de la nueva generación de conductores como Charles Leclerc, Max Verstappen, Lando Norris, su futuro compañero en Renault, Esteban Ocon, y su amigo Carlos Sainz precisamente enrolado en Ferrari, a priori un equipo con más posibilidades que el suyo. Frente a esta generación de jóvenes rápidos, fuertes y ambiciosos, Alonso juega la baza de su experiencia… y una ambición igual de intacta que cuando inició su andadura en F1 con Minardi. El reto por lo menos promete.

El equipo Renault al que llega es muy diferente al que dejó cuando fue campeón en 2006, aunque no está tan mal como cuando lo volvió a dejar en 2009 para ir a Ferrari. Por ahora, Es un equipo de mitad de parrilla, con opciones a estar regularmente en los puntos y quizás en alguna carrera loca, un podio. Pero es un equipo oficial de fábrica y con recursos, y quizás el cambio de normativa de 2022, con el límite presupuestario, iguale un poco las cosas y les permita acercarse más a la cabeza. Alonso es un hombre de retos, y seguramente dará el 200% de sí mismo… aunque muchas veces esos retos le hayan supuesto una desilusión y un abandono, como pasó con Ferrari y con McLaren-Honda. Renault, una multinacional que atraviesa una difícil situación a nivel general pone con Alonso toda la carne en el asador. El escándalo de su anterior presidente, Carlos Goshn, o la delicada situación financiera que les ha obligado a contraer un préstamo de 5.000 millones con el Gobierno francés que ha incluido medidas dolorosas como cierre de fábribas y despidos hacen que la compañía necesita un revulsivo. Del lado contrario, la llegada del nuevo CEO, el italiano Luca de Meo, proveniente de Seat y gran apasionado del automovilismo, es una inyección de optimismo a la que se suma el fichaje de Alonso. Es un esfuerzo que no se hace así como así. Tanto Alonso como la F1 son una inversión publicitaria necesaria y rentable.

Retornos

A todos se les llena la boca al hablar de Niki Lauda y Alain Prost como los campeones que volvieron de su retiro para ganar un mundial más y lo lograron. Bueno, debemos matizar algo, tanto el austríaco como el francés llegaron de su tiempo sabático a dos proyectos llamados a la gloria: el McLaren con motor TAG-Porsche y el Williams Renault imbatible con suspensión inteligente. Pero la lista de campeones que regresaron tras un parón tiene una cruz de la moneda mayor que su cara, repasemos algunos casos: 

  • El australiano Alan Jones, campeón de 1980, se retiró en 1981. En 1983 volvió para hacer una carrera con Arrows y no la terminó. En 1985 participó en varios GGPP con el recién creado Team Haas –nada que ver con el actual- y tampoco terminó ninguna. Y en 1986 disputó la temporada completa, finalizando sólo cuatro carreras con un cuarto como mejor puesto, por lo que volvió guardar el casco para no regresar más.  
  • Nigel Mansell ganó su único mundial en 1992 con aquel invencible Williams Renault. Al término de la temporada pidió a Frank Williams un aumento de sueldo y éste no se lo concedió por lo que se fue a disputar la Indy americana en 1993, ganando las célebres 500 Millas. En 1994 sustituyó en algunas carreras al malogrado Senna y conseguiría su última victoria en Adelaida. En 1995 fichó por McLaren en los inicios de su alianza con Mercedes, y tras dos GGPP infaustos optó por la retirada definitiva.
  • Si hay un caso que Alonso debería mirar con lupa es el de Schumacher. El heptacampeón alemán regresó a la F1 de la mano de Ross Brawn después de que Mercedes le comprase al ingeniero británico su equipo, ése equipo que en 2009 arrasó con un coche al límite del reglamento y dio a Jenson Button su único entorchado. Pero Michael apenas brilló en un equipo que había bajado su rendimiento de un año para otro, mientras que otros talentos jóvenes le dejaron muy en evidencia, el propio Alonso, Hamilton, Button o su compatriota Sebastian Vettel le pasaron por encima de manera inmisericorde. El teutón terminó tirando la toalla tras tres temporadas muy grises y un solo podio. E insisto, hablamos de un siete veces campeón, el mejor de todos los tiempos.
  • Kimi Raikkonen es el penúltimo campeón de la terna en cuestión que regresó a la F1 tras un retiro. Precisamente tuvo que abandonar la categoría cuando Ferrari lo despidió para hacer sitio a Alonso en 2010.  Tres victorias desde que regresó en 2012 son el principal bagaje de este peculiar piloto, pero claro, es un tipo peculiar, con lo que tampoco creo que para Alonso sea un ejemplo.

Con todos estos datos cualquiera puede analizarlos, opinar al respecto y poco más. Pero las cosas son como son, Alonso ha vuelto. Seguramente no por el dinero ni por la fama que supone ser un piloto del Gran Circo ‘per se’. Tampoco porque se aburra. Sólo él y sus más íntimos sabrán porqué lo hace. Alonso es un campeón, su mundo es la competición y la F1 parece su sitio natural. Por sí sólo aporta todo tipo de valores a cualquier equipo y tenga el coche que tenga logrará el 110% de su rendimiento y siempre llegará un poco más lejos que con otro piloto. Siempre me ha parecido que la carrera de Fernando Alonso no ha estado bien gestionada… o eso o ha tenido mucha mala suerte de llegar a los sitios en los peores momentos, sobre todo en referencia a la ilusión que generaba. Pasó con Ferrari, pasó con McLaren Honda. 

A finales de 2007 cuando se vio fuera de McLaren tras su enfrentamiento con Ron Dennis y Hamilton tuvo la opción de ir a Red Bull siendo solicitado por Adrian Newey. Ross Brawn lo solicitó también ese año para su proyecto con Honda. Alonso quería ir a Ferrari y se refugió dos años mediocres en su querida Renault. Todos sabemos que equipos arrasaron los años 2009, 2010, 2011, 2012 y 2013, dos equipos en los que podría haber estado Alonso. Pero claro, es fácil hablar a toro pasado. Sea como sea, es una gran noticia que Alonso esté de vuelta, una decisión valiente y arriesgada que el tiempo dirá cuánto de buena fue para él. Ahora lo que toca es darle la bienvenida… pero antes, toca ver si al final consigue ganar la Indy 500 y lograr su ansiada triple corona.