Sorpresa sorprendente y agradable. La F1 tiene nuevo jefe. Tal y como prometió el hasta ahora ‘chairman’ y presidente, Chase Carey, su ciclo al frente de la F1 desde que Liberty Media adquiriese a Bernie Ecclecstone los derechos de la categoría reina del automovilismo, da un paso atrás para ceder el testigo a un nuevo líder al frente en este nuevo tiempo que dará comienzo a raíz de la entrada en vigor del nuevo reglamento y el nuevo Pacto de Concordia.

Y el elegido es Stefano Domenicali, quien fuera el director deportivo de Ferrari en los tiempos de Fernando Alonso. El italiano ostentará los cargos de CEO y presidente ejecutivo, mientras que el hombre del gran bigote, Chase Carey, será presidente no ejecutivo. Domenicali, un rostro amable y persona de mucho consenso, esconde un hábil negociador y que conoce muy bien el deporte. Como curiosidad, a él se debe el rescate de las denominaciones F2 y F3 para las categorías anteriores a la F1.

La elección de Domenicali arroja un curioso panorama sobre la F1, que tendrá entre sus principales líderes tres ex pesos pesados de Ferrari, pues Ross Brawn también es otro de los principales directivos de la categoría, y Jean Todt es el presidente de la FIA. Los tres formaron parte de Ferrari en los años de mayor éxito de La Scuderia.

Hasta ahora, Stefano Domenicali había ocupado el cargo de CEO de Lamborghini dentro del Grupo VW. Recientemente la cúpula del conglomerado automotriz alemán ha sido remodelada y se rumorea que VW planea vender Lamborghini y algunas de sus divisiones de autos de alta gama como Bentley y Bugatti, amén de Ducati. Previamente, Domenicali ha formado parte de Ferrari desde 1991 hasta 2014. En su gestión directa como máximo responsable de La Scuderia figura el logro del título de constructores de 2008, que no pudo materializarse en el de pilotos ya que Hamilton se lo arrebató a Massa en el último momento.