Podio del GP del Algarve.

MotoGP 2020: conclusiones al año más loco

El Mundial de Motociclismo 2020 será siempre recordado como el más peculiar de su historia por haberse celebrado en un contexto mundial de crisis sanitaria en condiciones absolutamente excepcionales. Y la primera conclusión que sobre ello puede sacarse una vez que la acción finalizó en días pasados en Portimao es que la organización del principal certamen de carreras de motos del mundo se merece una matrícula de honor por el trabajo que ha hecho, el promotor Dorna con su CEO, Carmelo Ezpeleta por delante, junto a las instituciones implicadas, la Federación Internacional de Motociclismo -FIM- y la Asociación Internacional de Equipos de Competición, -IRTA. Entre todos y en una situación tremendamente difícil, con una crisis económica sin igual en ciernes, se ha logrado un mundial con menos carreras, pero en absoluto exento de emoción.

La emoción ha sido la nota predominante en toda la temporada, sobre todo desde que el favorito al título de la categoría reina, Marc Márquez, se perdiera todo el Mundial por una lesión. Los tres campeones de las tres clases son justos merecedores de sus títulos y todos lo han logrado con una característica común: la regularidad. Han ganado quienes más han trabajado y se han esforzado.

Fiasco

Los grandes perdedores de este año están claramente identificados: los dos equipos Yamaha. La ausencia de Márquez y el tremendo arranque de Jerez presagiaba un dominio total de la casa de Iwata y quizás un enconado enfrentamiento entre Maverick y Quartararo. Nada de nada. Por un lado, el fiasco de la fiabilidad mecánica y a posteriori, la bajada de rendimiento de sus pilotos, en algunas ocasiones, inexplicables. Dice mucho de la situación de Yamaha que su piloto considerado el ‘patito feo’, Franco Morbidelli, con una moto teóricamente inferior, ha sido el mejor de todos, quedando subcampeón. Valentino Rossi, que empezó fuerte, se fue también desinflando hasta que dio positivo por Covid y recibió la puntilla. Un año para olvidar en Yamaha y ahora toca hacer examen de conciencia y trabajar para el año que viene, pues salvo el intercambio de pilotos entre ambos equipos, la base sobre la que tienen que trabajar, es en general la misma.

Dependencia

Mucho se ha hablado de Yamaha, pero ¿dónde se deja a Honda? Fracaso absoluto con quizás le peor temporada de su historia, sin victorias y pocos podios. Dependen demasiado de Marc Márquez y cuando éste ha faltado no ha habido un líder para tirar de la marca, ni en el equipo Repsol ni en el satélite LCR. Álex Márquez como debutante ha hecho lo que ha podido, incluyendo grandes actuaciones y estrenándose en el podio, pero dentro de sus limitaciones. Crutchlow se ha visto una vez más mermado por sus caídas de principio de temporada y Nakagami, que no ha ido mal, dista mucho de ser lo que se demanda de Honda. Y Bradl sólo es un suplente. Hace bien a priori Honda en fichar a Pol Espargaró para acompañar a Márquez, sobre todo porque es un piloto rápido y fiable, que siempre trae puntos y ha estado en el podio.

Ganadores

Está claro qué equipos han sido los grandes ganadores de la temporada 2020: Suzuki y KTM. Los de Hamamatsu han hecho una gran temporada, reyes de la regularidad y gracias a dos pilotos extremadamente talentosos. Sin duda, la formación que mejor eficiencia ha obtenido de su modesto presupuesto. Y el campeonato ha sido para Mir, en teoría su “segundo” piloto dado que lleva menos tiempos que Rins, pero el de Mallorca ha demostrado que es un talento innato. No obstante, si la progresión de Suzuki persiste, Álex Rins tiene también un gran futuro por delante. En el caso de la firma austríaca, han dado un salto de gigante. Si les dicen que iban a lograr tres victorias vete a saber si se lo creerían. Gran trabajo de Pol Espargaró y Dani Pedrosa en el desarrollo de la moto y de sus pilotos Binder y Oliveira por las tres victorias, parece que el portugués es una nueva estrella del motociclismo y habrá que estar atentos. Con vistas al Mundial 2020, KTM pierde los privilegios que tenía y ya deberá luchar en igualdad.

Agridulce

Han sido campeones de marcas, pero no es para estar contentos. Ducati, por supuesto. Junto a los pilotos de Yamaha, Dovizioso y la moto roja eran los grandes favoritos, pero no ha sido así. El italiano tuvo grandes problemas para adaptarse a un nuevo pilotaje debido al nuevo neumático trasero de Michelin. Y luego está claro que la guerra fría que mantuvo con su equipo en relación a su continuidad también le ha pasado factura. No se le ha visto motivación ninguna. El mejor piloto Ducati ha sido sin duda Miller y su apuesta para el equipo de fábrica es más que acertada. Francesco Bagnaia ha sido una grata sorpresa, aunque las lesiones y un final de temporada descafeinado lo terminaron por diluir, de todos modos, es una apuesta de futuro y seguro que se le ve brillar. Sí es de destacar la apuesta de futuro de Ducati por traer pilotos jóvenes al Mundial: Jorge Martín, Luca Marini y el campeón de Moto2 Bastianini suben a la clase reina de la mano de Ducati.

Cantera

Para el año que viene suben a MotoGP provenientes de Moto2 tres pilotos. Igualmente, el campeón de Moto3, Albert Arenas, pilotará con Aspar en la clase intermedia. Este año se ha visto un grandísimo nivel de pilotos españoles que hacen presagiar que el motociclismo nacional tiene cuerda para rato: Raúl Fernández, con dos victorias, es una de las apuestas de KTM. Sergio García, Jeremy Alcoba o Jaume Masiá han demostrado su gran valía. Aarón Canet en Moto2 ha realizado una gran temporada y, como no destacar al piloto andaluz, al conileño Marcos Ramírez, que como debutante en Moto2 y ante la terrible igualdad del certamen ha tenido una progresión muy positiva.