Al estilo que le está caracterizando, George Russell logró su segunda victoria de esta temporada en una carrera en la que hizo gala de su invisibilidad. Nadie pudo con el ritmo del de Mercedes, que en toda la carrera no cedió el liderato de la misma. Los dos grandes protagonistas, Verstappen y Norris, fueron quienes le acompañaron en el podio.

A Mercedes le sonó la flauta el fin de semana de Singapur. Los de Stuttgart desconciertan con sus subidas y bajadas de rendimiento según qué carrera y en la perla de Asia les tocó la parte buena. Russell se hizo con la pole y nadie pudo detenerle. Se marchó y venció, por lo menos eso dicen ya que apenas tuvo minutos de cámara.

McLaren, ese equipo que este año sorprende por su rendimiento y disciplina, erró el tiro en Marina Bay. Norris estranguló a Piastri en la salida y luego durante la carrera el equipo se encargó de que el Aussie no se acercara a Lando.

Una vez más, apareció el Verstappen más temible. Su coche no tenía ritmo esta vez, pero cubrió muy bien la salida contra Norris y le aguantó toda la carrera, de hecho, su enfrentamiento copó casi todo el metraje. Lando tenía una buena oportunidad de recuperar puntos a Piastri, pero no encontró el lugar para meter el coche a Verstappen -o no quiso intentarlo-. Pese a todo, McLaren logró amarrar el título de constructores. Habrá qué ver cómo gestiona el de pilotos.

No estuvo mal la carrera para los españoles. Alonso supo recuperarse de diversos avatares para afianzar un meritorio séptimo puesto con adelantamientos bonitos incluidos. Una de las mejores carreras del español este año. Sainz por su parte encontró ritmo para remontar y colarse décimo en los puntos.