Renault Austral.

La tarjeta manos libres de Renault cumple 20 años

Elevalunas eléctricos, dirección asistida, climatizador, cámara de marcha atrás, GPS… Los inventos que han cambiado el aspecto del coche moderno y transformado el día a día de los conductores son ya innumerables. Algunos han mejorado la seguridad y otros han redefinido los estándares del confort. En el caso de la tarjeta manos libres, que Renault concibió hace veinte años y se hizo popular muy pronto pese a un recorrido lleno de obstáculos, ha simplificado la vida a los clientes. Pascaline, Jefa de Producto Transversal en la Dirección de Renault Group, repasa para nosotros la historia de esta tarjeta mágica.

Considerada al principio como un gadget digno de James Bond, los constructores de todo el mundo fueron adoptando la tarjeta manos libres de manera paulatina. En la actualidad, se ha convertido en un equipamiento de serie muy común. Al igual que el portón trasero, que se popularizó a principios de los años 60, este pequeño objeto apenas más grande que una tarjeta de crédito, es uno de los mayores inventos de Renault y marcó la historia del automóvil.

“Esta innovación fue creada para facilitar la vida de los clientes”. Pascaline, Jefa de Producto Transversal en la Dirección de Renault Group

Un poco de historia

Todo comienza en 2001. Ese año Renault comercializa Laguna II, una berlina que promete encarnar el coche moderno del siglo XXI. Pero para sus diseñadores, el proyecto aún necesitaba un par de toques innovadores.

Un poco antes de su lanzamiento al mercado, Bernard Dumondel, Jefe de Producto encargado de Laguna II, se encontraba alojado en un hotel de Luxemburgo. Al utilizar la llave de su habitación (una tarjeta magnética), se le ocurre la siguiente pregunta: ¿por qué no sustituir la llave del coche por una tarjeta sin contacto? El concepto de la tarjeta manos libres acababa de nacer. Presentó su idea como prototipo a su director de programa e, inmediatamente, la dirección general del Grupo se entusiasmó, incluido Louis Schweitzer, el entonces presidente y director general de Renault. Se adoptó el proyecto y se patentó.

Después del R16 TX, el primer coche francés en equipar el cierre centralizado de puertas en 1973, y Fuego,pionero en 1982 equipando el mando para cerrar y abrir las puertas a distancia, Laguna II se convirtió en el primer coche de un constructor generalista equipado con una tarjeta manos libres. En los años siguientes, Renault amplió su uso incluyéndolo en Espace y Vel Satis para, posteriormente, democratizarlo extendiéndolo al resto de su gama con Clio, Mégane y Scénic.

Detrás del aspecto minimalista de la tarjeta manos libres se esconde un corazón electrónico muy sofisticado: está programada para “dialogar” de manera constante con el coche al que está asociado.

Al acercarse al vehículo, los receptores y emisores que se encuentran repartidos por todo el coche detectan la tarjeta, que emite entonces una señal de radio con un código de acceso. Si el coche reconoce el código, se desbloquean las cerraduras. Toda esta operación no dura más de 80 milisegundos, esto es, un abrir y cerrar de ojos. Cuando quien lleva la tarjeta manos libres sale del vehículo, un calculador se comunica con la tarjeta a intervalos regulares para saber si sigue cerca. Cuando la tarjeta deja de responder, el calculador ordena el bloqueo de las puertas.

Inventar la tarjeta manos libres, “era un reto tremendo y suponía asumir un riesgo”, confiesa Pascaline. A pesar de un pliego de condiciones completo, basado en más de 6.000 consultas a clientes acerca de sus hábitos y expectativas, la primera versión del sistema presentaba algunos problemas: por ejemplo, su señal podía verse alterada por el entorno como las luces de neón de un aparcamiento. Cabe recordar que la tecnología apenas acababa de nacer.

Deseosos de satisfacer a los clientes, los ingenieros y diseñadores de Renault de la época “retrabajaron el sistema al máximo para proponer una evolución aún más eficaz”, comenta Pascaline.

Estos son algunos ejemplos de mejoras que se incorporaron al pliego de condiciones de la tarjeta manos libres y que supusieron retos a los que los ingenieros de Renault supieron responder de manera eficaz:

  • Garantizar la estanquidad de la tarjeta manos libres. Muchos usuarios tendían a olvidar la tarjeta en el bolsillo de su pantalón o chaqueta al meterlos a la lavadora.
  • Reforzar la solidez de la carcasa. Otro caso y otra tendencia: algunos clientes guardan la tarjeta en el bolsillo trasero de su pantalón y se sientan encima por descuido.
  • Desactivar el desbloqueo automático al acercarse desde el ordenador de a bordo. Lavar el coche podía convertirse en un calvario para quienes llevaban la tarjeta encima. Al moverse alrededor del coche, lo bloqueaban y desbloqueaban continuamente sin querer.
  • Esconder una llave física dentro de la tarjeta. Ante cualquier disfunción de la tarjeta o descarga de la pila, Renault escondió una pequeña llave física en la carcasa para poder abrir las puertas manualmente.
  • Poder configurar hasta cuatro tarjetas por vehículo. Dado que es posible que varios miembros de una misma familia conduzcan un mismo coche, Renault permitió configurar hasta cuatro tarjetas por vehículo. Cada una de estas tarjetas memorizaba los parámetros personalizados de un conductor asociado (ajustes de la radio, posición del asiento, climatización, etc.)
  • Disminuir el tiempo de visitas al taller. Para que el cliente gane tiempo al realizar el diagnóstico de su vehículo en el taller, la tarjeta manos libres memoriza el número de serie del coche, la matrícula, los datos del propietario, los equipamientos, el kilometraje o la presión de los neumáticos, convirtiéndose así en una especie de “pasaporte del coche”.

Tarjeta manos libres Renault.

Evolución

Durante estos veinte años de existencia la tarjeta manos libres Renault no ha parado de evolucionar, desde un punto de vista estético y, sobre todo, tecnológico.

En 2001, la primera versión se encargó al fabricante de equipos Valeo y era conocida como la tarjeta “práctica”. Permitía a su portador cerrar y abrir el coche pulsando un botón en la superficie de la tarjeta o en el tirador de la puerta. La versión de serie se utilizaba como un mando a distancia, mientras que otra versión que se proponía en opción contaba con la función manos libres. A bordo, la consola central incorporaba una ranura donde alojar la tarjeta y un botón “START” para arrancar el motor.

En 2007, Renault pasó a la tarjeta “mágica”. Provisto de su tarjeta, el conductor solo tenía que coger el tirador de la puerta para desbloquear el coche. Desaparece la ranura a bordo del coche.

En 2015, Renault lanzó Espace V. El monovolumen estaba equipado con una versión renovada y más eficaz de la tarjeta manos libres, asociada a una nueva secuencia de bienvenida luminosa y sonora.

En 2019, la expresión “manos libres” cobra todo su sentido: el bloqueo y desbloqueo se hacen de forma automática al acercar y alejar la tarjeta.

En 2022, Nuevo Megane E-TECH 100% eléctrico va más lejos en la experiencia manos libres. Gracias a unas antenas más eficaces, se detecta al portador de la tarjeta esté donde esté, a 360° alrededor del vehículo. Lasecuencia de bienvenida le acompaña a medida que se acerca, mientras se despliegan los tiradores enrasados de las puertas, ocultos en la carrocería, y se desbloquea la tapa de carga de forma automática.

¿Futuro?

Siempre a la vanguardia del progreso en innovación tecnológica, Renault se ha esforzado estos últimos años para simplificar el uso de la tarjeta manos libres. La electrónica a bordo se ha optimizado, su alcance se ha ampliado y se ha mejorado su autonomía. En cuanto a la seguridad, las actualizaciones han reforzado la inviolabilidad de su sistema.

En un momento en que el smartphone parece dispuesto a sustituir a la tarjeta, Renault ha optado por convertirlo en una herramienta complementaria, sin abandonar la tarjeta manos libres.

Además, las cifras demuestran que los clientes sienten apego por este accesorio: cerca de dos vehículos Renault de cada tres que se vendieron en 2021 lo equipan.