Jacques Chirac en su CX Prestige Turbo

El Citroen CX de Jacques Chirac

Resulta especialmente curioso cómo la marca Citroen viene siendo la elegida por los presidentes de la república en Francia desde el fin de la II Guerra Mundial hasta nuestros días, con honrosas excepciones como el caso de Valery Giscarg D’Staing que en ocasiones se le solía ver en un Peugeot 607 Heuliez Limousine, pero los inquilinos del Elíseo han mostrado su predilección por la marca del doble chevrón.

Desde René Cotty hasta Emmanuelle Macron, un Citroen ha venido acompañando al máximo dirigente francés. Algunos de estos vehículos han pasado a la historia por su peculiaridad, como los Citroen Traction 15 Six carrozados por Chapron y Franay, cuyo estilo los asemejaba más a un auto americano, la limousine DS 21 que empleó De Gaulle -el general era un auténtico entusiasta de este automóvil, llegando incluso a sobrevivir a un atentado terrorista en uno de ellos- o el espectacular SM descubierto que aún hoy se sigue empleando en días especiales.

En días pasados conocíamos el fallecimiento de Jaques Chirac, primer ministro, alcalde de París y presidente de la República, un nombre con mayúsculas en la política mundial de los años 80, 90 y primeros 2000, europeísta convencido y referencia del centro-derecha a nivel mundial. Y Chirac también fue un gran apasionado de los Citroen. 

Su coche oficial también fue especial. Se trataba de un Citroen CX Prestige, la versión de batalla larga, al que colocaron el motor del modelo GTI 25 Turbo 2 de cuatro cilindros, 2.5 litros y 168 CV. El CX destacó durante su trayectoria tanto por su confort como por su velocidad, y este peculiar Prestige Turbo fue el perfecto compañero del mandatario francés.

Este coche ha sido expuesto en exhibiciones públicas y hoy día pertenece a un coleccionista privado.