Citroen.

El color en Citroen: nada es casualidad

André Citroën fue el primero en considerar la importancia de los colores al pintar el 5HP de un amarillo que destacaba en el tráfico parisino de la época. Se hizo tan popular, que el nombre del 5HP Tipo C pronto fue sustituido por el de “Petit citron” (pequeño limón). 

Corría el año 1922 y Citroën eligió este color por dos razones: hacer que sus coches fueran inconfundibles y aumentar la seguridad, gracias a su visibilidad inmediata en el entorno. Un automóvil de color (amarillo, rojo, verde brillante, celeste…) era mucho más fácil de identificar tanto en las calles de la Ciudad de la Luz, donde en ese momento circulaban principalmente automóviles azules, negros o grises, como en el verde paisaje de la campiña francesa.

Citroen C4.

Para André Citroën esto supuso un pequeño esfuerzo industrial. Él, que había traído a Europa la cadena de montaje americana del Ford Model T, cambió radicalmente una de las peculiaridades de este famoso automóvil: el color negro de la carrocería, el único disponible en el catálogo.

La razón por la que los coches estadounidenses eran exclusivamente negros no estaba estrictamente relacionada con una simple preferencia cromática, sino que se debía a que era el color que más rápido se secaba: de hecho, unas pocas horas eran suficientes en comparación con los días  necesarios para otros colores. La línea de montaje tenía que girar a un ritmo vertiginoso y no había tiempo para esperar a que se secaran.

Este no era el caso del “Quai de Javel”, donde el 10HP Tipo A ya estaba disponible en una infinidad de variantes: sedán, torpedo, cupé, etc., y con una variedad de colores que crecieron con los años, cuando la pintura llegó en dos o más tonos, disponibles prácticamente de serie en los 8/10/15 HP y luego en los C4 y C6.

Tras un período con colores más tradicionales en el Traction Avant (el negro dominó todo el período de producción), con la llegada del 2CV en 1948, Citroën volvió al colorido, pero no de inmediato; de hecho, el primer 2CV era gris, un gris “industrial” muy similar al de la furgoneta Tipo H que lo había precedido un año antes.

A principios de la década de los 50, la paleta de colores disponibles para el 2CV se amplió con la introducción de muchas tonalidades que, sin embargo, siempre fueron bastante sobrias.

Citroen DS.

1955 fue el año del cambio: en el Salón del Automóvil de París, entre automóviles grises, negros y azules, el Citroën DS19 hizo su aparición en el stand en un impactante verde manzana combinado con techo blanco, en amarillo champán con techo berenjena (o a la inversa) y con interiores coloridos que años más tarde estuvieron disponibles con un estampado de leopardo llamado Helanca Mordorée (hoy muy codiciado por lxs fans) en colores siempre llamativos.

Dyane 6.

Incluso cambiaron los nombres de los colores, desde el Rouge Esterel, llamado así tanto en honor del diseñador (que colaboraba ​​con Citroën en las combinaciones cromáticas) como del famoso macizo de la Costa Azul, al Jaune Jonquille que se inspiró en la flor del mismo nombre, o el Bleu Nuage del cielo brumoso (que también inspirará el Gris Brumaire en 1970), el Vert Muscinée o el Orange Tenere, inspirados en el color de la arena del desierto argelino.

Mehari.

Estos colores estuvieron disponibles durante las décadas de los 60 y los 70 en toda la gama Citroën, incluso en modelos que se consideraban inadecuados para estas pigmentaciones. El  propio Jacques Wolgensinger, Director de Comunicación de la marca desde 1958 hasta fines de la década de los 80, viajaba en un SM naranja, junto a un 2CV personal del mismo color y, posteriormente, un CX que lo acompañaría durante años.

Ami 8.

Tambien fueron famosos los colores de la carrocería del Méhari, hecha de ABS, un material plástico rígido, innovador, fácilmente maleable y resistente, que se puede teñir en la masa con colores vivos y luminosos. Durante los casi veinte años de su producción, los colores del Méhari cambiaron poco: Rouge Hopi, Vert Tibesti, Vert Montana, Orange Kirghiz, Beige Kalahari, Beige Hoggar y Jaune Atacama. Solo para la versión especial “Azur” se utilizaron blanco y azul, mientras que para la serie especial “Plage”, se utilizó un color amarillo vivo.

XM.

La década de los 80 estuvo marcada por tonos más sobrios, pero con la constante presencia en los concesionarios de la marca de la serie especial del Dyane y el 2CV, además del Charleston disponible en color burdeos y negro, amarillo y negro y en dos elegantes tonos de gris. Más tarde, en los 90, llegaron los colores metálicos del Xantia y el XM: Rouge Mandarin, Vert Vega, Bleu Mauritius, hasta llegar los años del 2000 con los tonos del C3 y el C3 Pluriel, este último claramente inspirado en los de los 70, como los tres colores de lanzamiento: azul, naranja y verde que recuerdan al Bleu Platiné, Orange Tenere y Vert Argenté.

Hoy, Citroën ofrece a las personas amplias posibilidades de personalizar su automóvil, para que cada unx pueda expresar su gusto personal único e inconfundible. Los diferentes modelos de la gama actual cuentan con una gran variedad de combinaciones, gracias a la opción de elegir numerosos colores de carrocería con el techo bicolor al que se le pueden agregar toques de color en contraste subrayando elementos específicos de la carrocería y afianzando el carácter de los automóviles.

Citroen C3.

Por ejemplo, el Nuevo Citroën C3, con sus 97 combinaciones exteriores, fortalece su modernidad y permite a todxs elegir el coche que mejor refleje su forma de ser y su estilo.

Hacer posible la personalización de sus modelos es una característica que siempre ha distinguido a Citroën, una marca que se inspira en las personas y en su estilo de vida. Una filosofía que se materializa en su lema ‘INSPIRED BY YOU’.