El deportivo que se hizo berlina cumple 60 años

Maserati inició la década de los 60 como un fabricante de automóviles de gran renombre y bien respaldado por los resultados comerciales favorables. En 1963, la firma se convirtió en pionera al concebir un nuevo tipo de automóvil, hasta ahora inédito al aunar el concepto de sedán de lujo y representación con el de un deportivo de altas prestaciones. 

Fue diseñado por Pietro Frua, que se inspiró en la carrocería del deportivo 5000 GT que realizó para el príncipe Karim Aga Khan. La construcción de las carrocerías las llevaría a cabo Vignale. El coche se presentó en el Salón de Turín y automáticamente se alzó con el título de coche de cuatro puertas más rápido del mundo. Su nombre no podía ser más sencillo, recurrente y gráfico: Quattroprte -cuatro puertas-.

Cabría matizar que no era la primera berlina con aspiraciones deportivas, pues ya Jaguar había montado unos años antes los motores de sus deportivos XK en los sedanes MK I y MK 2, pero el Maserati era diferente, pues militaba en un segmento superior, tanto a nivel de lujo como de prestaciones. 

Montaba un chasis alargado específico y el motor iba dentro de un armazón para reducir el ruido y las vibraciones. La mecánica era el nuevo V8 de 4.1 litros y 260 CV, con la que el Quattroporte alcanzaba los 222 Km/H. La caja de cambios podía ser manual ZF de cinco velocidades, o automática Borg-Warner de tres en opción. La primera generación del super sedán de Maserati se vendió sin apenas cambios estéticos. En 1967 se revisaron los faros delanteros, que pasaron a ser de doble óptica en lugar de la original simple rectangular. En 1969, con motivo de su último año de ventas, se le proporcionó un nuevo motor de 290 CV.

Sólo dos automóviles de su tiempo podían rivalizar con el Quattroporte. Por un lado estaba el Lagonda Rapide construido por Aston Martin, una peculiar berlina con diseño de Touring que empleaba el mismo chasis y motor que el Aston Martin DB4. Por el otro, la super limusine francesa Excellence del pequeño constructor de autos de lujo Facel Vega con son su potente motor Chrysler V8. No obstante, ninguno de estos dos autos tenían un carácter deportivo tan marcado como el modelo de Modena.

El Quattroporte I, conocido internamente como AM107, fue interrumpido en 1970 tras en torno a 1.000 unidades fabricadas. Cuatro años después, ya con Citroen como propietario de la marca, se presentó el nuevo Quattroporte II en el Salón de Turín, con carrocería de Bertone y basado en un chasis y tren rodante de un Citroen SM, tracción delantera incluida, pero ésa es ya otra historia.